LA HISTORIA DE LA HISTORIA. Reimpresión de la novela LOS CABALLEROS DE VALEOLIT. LOS HIJOS DE PELAYO.

Corría otoño del 2014 cuando autoedité mi primera novela LOS CABALLEROS DE VALEOLIT, LOS HIJOS DE PELAYO. Acababa de reinstalarme en Valladolid, y empezaba a trabajar en Toro, en el Instituto González Allende, como profesor de diversificación, y más tarde de ámbito. Volvíamos a vivir en Valladolid después del periplo de Bembibre, donde estuvimos allí viviendo dos años.

Los libros, ya terminados y acabados, me llegaron casi a finales de diciembre, lo que fue un problema. El libro lo tenía colgado en la red, y había convocado un acto para difundirlo. Me animó Paz Altes, y otras personas relacionadas con el mundo de los libros y de la prensa. Presenté la obra antes de estar editada en papel, y lo hicimos en la Biblioteca Pública municipal de la calle López Gómez. Fue un acto interesante, y tuve oportunidad de hablar y disertar sobre el Valladolid del siglo XI. Como no tenía los libros, nadie pudo llevarse un ejemplar. De todo se aprende, pero quedé satisfecho, y el libro empezaba a caminar.

El caso es que en cuanto tuve los libros físicamente me fui con ellos por las librerías de Valladolid, las de centro que conocía más, para dejar un ejemplar o dos. Me acogieron magníficamente bien, siempre unos mejor que otros, pero en todo caso, fue estupendo. Yo mismo distribuía los libros, los dejaba en las librerías y me ocupaba cada cierto tiempo, un mes o dos, de llamar para saber si se habían vendido. Era Navidad, y es una de las épocas del año que más libros se venden, así que ahí estuve. Sin publicidad previa, pero en las librerías. Gracias a los libreros, que sostienen gran parte de la cultura de este país.

Decidí ir a los medios de comunicación. Hablé con Jaramillo, Director de Cope, y me echó una mano. Estuve en un programa de radio. Tambień envié un ejemplar al Norte de Castilla y otro al Mundo de Valladolid. Me hicieron sendas entrevistas. Alfredo para el Norte, y Benito Carracedo para el Mundo. Todo muy grato, pues en pocos días salieron las entrevistas publicadas. Ya en la semana posterior a Reyes, pero todo iba bien. Te he visto en el periódico, me decía la gente.

El libro se iba vendiendo poco a poco, más o menos bien. Recuerdo que fue en ese mes de enero, poco después de salir en el periódico que me llamó Pepa, de la Librería el Sueño de Pepa, de la plaza Mayor. “Oye, que tu libro no lo tengo”. Era verdad. Siendo una librería nueva, se me pasó por alto llevarles algún libro. Me habían visto en la prensa. También me llamaron de Roel, la librería de Parquesol, Rosa y Elena, “Dejanos algunos libros…” Y también les llevé un par de ejemplares.

Con todo en marcha, decidí hacer una presentación de LOS CABALLEROS DE VALEOLIT. Creo que fue en marzo en la casa museo José Zorrilla. Me ayudó en la presentación Luis Jaramillo, y me reencontré con buenos y viejos amigos. El libro se seguía vendiendo, sin prisas pero sin pausa. Como se suelen vender los libros que no son de temporada.

En mayo de ese mismo año, 2015, me comunicaron que habían otorgado el premio Miguel Delibes de Narrativa a la novela LOS CABALLEROS DE VALEOLIT. Un galardón que obsequiaba el grupo poético de los Viernes de Sarmiento de Valladolid. Aquello me permitió conocer a un buen número de poetas, amantes de las letras y del arte de casa y del mundo mundial.

Con el libro ya encarrilado, me puse en contacto con varios agentes editoriales, casi todos de Barcelona. Mi intención era sacar la segunda parte y la tercera de la novela sin que me viera empujado a autoeditar. Con la luz del premio, quizás fuera posible. Obtuve sencillas palabras, siempre amables y agradables. Hablé con el hijo de Bacells y con algunos otros. Me ayudaron, pero no podían hacerse cargo de una obra así. Coincidió con la muerte de su madre. Gente de libros y de letras. El caso es que el sector estaba atravesando un momento delicado, y la misma actividad literaria estaba siendo sacudida por el mundo digital. Yo seguía vendiendo mis libros, poco a poco.

En otoño tuve que cerrar la puerta a los agentes literarios. La obra es muy buena, era lo que me dijeron la última vez otra agencia literaria, pero no podemos hacernos cargo de un proyecto de esa envergadura. Lo hemos discutido y hablado mucho, afirmaron. La calidad es extraordinaria, pero se sale de nuestro proyecto de futuro. Así fue y así tuve que continuar con el proyecto de LOS CABALLEROS DE VALEOLIT. Saqué el segundo libro, el tercero… Ya por mi cuenta. Autoeditaba buscando la máxima calidad, y desde entonces he ido sacando unos cuantos libros más, novelas y ensayo.

Y han pasado 8 años. Y aquel primer libro se sigue vendiendo.

Ciertamente el sector ha sufrido mucho. Aposté por una distribución profesional, con Arcadia. Y me fue bien, más o menos, hasta que se vieron en suspensión de pagos. Era la mayor distribuidora de Castilla y León, y cayó. Estuve con Fernando, otro distribuidor afincado en Mojados. Muy buena gente, y con una distribuidora mucho más pequeña y sencilla. Menos negocio pero más cercanía. La pena fue que se prejubiló. Dolores de espalda tras una vida llena de esfuerzo físico y trabajo. El mundo del libro está lleno de personas así, invisibles héroes de las letras, que nunca destacará, que no estará en los focos ni en las firmas, pero que tratan de cuidar un buen libro, de llevarlo y de traerlo, de mimarlo para que un último comprador, un lector avezado, se enamore de él, y lo compre. Libreros y distribuidores.

Presenté el segundo y el tercer libro en Maxtor, la librería fantástica de Valladolid. Seguí vendiendo, poco a poco y goteando. Siempre más del primero que de ningún otro.

Hasta este año 2023, donde he tenido que tomar una decisión. ¿Sigo editando LOS CABALLEROS? ¿Lo reimprimo? ¿Hago una nueva edición? El problema es que han subido los costes de impresión, el papel y todo lo demás. ¿Qué hago? Me he visto obligado a subir el precio del libro, del mismo libro. Ahora son 21€ donde antes se vendía a 17€. Han pasado ocho años, claro, y la vida sube. Sobre todo este último año por culpa de la inflacción. Pero el valor de un libro supera, muchas veces, lo que cuesta.

Al final he decidido hacer una reimpresión más, quizá sea la última, aunque nunca se pueda decir que es el agotamiento de un libro. Depende de los lectores, y los lectores siguen comprándolo.

Sin ir más lejos, antes de ayer estuve en Maxtor. Les llevé dos libros más que habían pedido. Los dos primeros que vendo de esta nueva reimpresión, y sólo me queda una cosa que decir. Gracias lectores, gracias por la buena acogida que sigue teniendo LOS CABALLEROS DE VALEOLIT. LOS HIJOS DE PELAYO. Premio Miguel Delibes de Narrativa del 2015. Os debo una.

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