Comentario de autor.

“…me ha costado mucho publicar esta novela, no porque no fuera lo suficientemente buena, sino precisamente por parecerme extraordinaria desde varios puntos de vista. De hecho, siempre que me preguntan de qué va esta novela, me cuesta explicarlo. Es una novela de autor, termino diciendo. Luego añado que se parece a Cien años de soledad, pero que es difícil de clasificar. ¿Realismo mágico a lo ibérico? Sí y no. Creo que es diferente a Rulfo o a Gabo, pues la semántica de las palabras se desborda en algunos puntos llegando al surrealismo, acariciando el absurdo y provocando el humor…”

“… lo escribí de un tirón y apenas hice un par de revisiones de la novela. Las historias que se entrelazan en el texto forman parte del pasado ancestral de los míos. Si sirve de algo, diré que muchas de esas narraciones ya estaban en la tradición oral; yo simplemente las he distorsionado de la misma manera que se distorsiona el tiempo para los habitantes del altiplano… igual que se distorsionan nombres y se distorsionan vidas…”

“…es una novela antítesis de La Voluntad de Azorín, y síntesis con la misma. Curiosamente, Azorín, el personaje construido por el escritor Azorín, y del que toma el pseudónimo el literato del 98, es familia lejana mía. Compartimos antepasados comunes…”

«Vinculé LA EXTRAÑA FAMILIA DE ARGIMIRO MONTAÑÉS a un cuadro que lo preside y acompaña a menudo. Es un cuadro picassiano que pinté con cretas de colores cuando acabé de escribir la novela. Fue una especie de derroche de creatividad que no pude detener. En aquellos ya lejanos días, recuerdo que estaba pintando en una academia, y no pude relajarme pintando otra cosa. Quizás de esa forma definía la novela como picassiana, cubista, rizomática, única…»