Confieso, como dijo el poeta, que he vivido.
Y que he amado, disfrutado y querido.
También te confieso que he sufrido y perdonado. Y que me he equivocado.
Confieso que busco por la noche la palabra adecuada para pronunciar tu nombre.
Y que he escrito sin demora palabras vanas. Para tí, alguna digna.
También te confieso que quiero seguir escribiendo, hasta que me deje el alba respirar.
Confieso mi amparo y tesón, bajo el abrazo de lo intangible.
Hasta que la luz sea plena y el cielo brille con la aurora del rocío.
Entonces seguirán ellas aquí, mis tres mujeres.
y Tú me sonreirás desde el horizonte donde se perfila tu rostro.
Confieso, que sólo Tú, me bastas.
Antonio J. López Serrano