EL APAGÓN QUE VIENE A ESPAÑA.

Me cuentan que los austriacos se están preparando para un eventual apagón. No me extraña. Esta gente es muy previsora, y de la misma manera que construyeron búnqueres para la catástrofe nuclear, que no llegó; ahora se centran en la próxima desgracia humana: el apagón eléctrico y el mundo a oscuras.

Les falta confianza en Dios, supongo. Y eso los mantiene muy tensos ante la fragilidad de la existencia humana. Pobriños y que el Señor los coja confesados. Sobre todo a los adictos a las nuevas tecnologías, que son los que peor lo van a pasar.

El caso es que el tema me ha llamado la atención. Y rápidamente me he dedicado a observar lo que la banda de lagartijas dedicadas a la política están planeando. Curiosamente no han dicho demasiado, lo cual es lo más alarmante del mundo. Yo esperaba alguna declaración institucional, de esas que nos permite ver por dónde van las cosas. Pero qué va, qué va, nada de nada. Más silencio que bulla.

Las posturas posibles de los gobernantes eran tres. Y desde ellas pensaba sacar mis conclusiones. Mi gozo en un pozo. Os cuento mi razonamiento.

PRIMERA SITUACIÓN. El gobierno afirman contundentemente en unas declaraciones dadas por algún (o alguna) “analfabetx” ministerial que no hay el menor riesgo de apagón. O que están trabajando con denodado esfuerzo para evitar el apagón.

Ante esas declaraciones, que no han hecho, es SEGURO que SÍ VA A HABER APAGÓN. Sin dudarlo.

No quiero ser malo, pero es que a las pruebas nos remitimos, y la experiencia es la madre de la ciencia. Recuerdo que dijeron que pandemia apenas nos rozaría, y batimos la plusmarca de la inoperancia y la incapacidad gubernamental. No había mascarillas, ni pecerres, ni vacunas. Luego llegaron cuando ya andábamos de vuelta. Para qué hablar. Ni siquiera han contado los muertos, ni los van a contar, majete.

Con el apagón sería igual, claro. Del mismo estilo, y con un interesante regreso a la dictadura pandémica. Es lo que tiene el sanchismo, que va de dictadura en dictadura. ¡Cómo una ola! Que dijo la Jurado.

En este supuesto, me daría tiempo a comprar papel higiénico y latas de conservas, a instalar una placa solar en el balcón y a currarme el tema metiendo en salazón lo que tengo en el frigo. El resto de la peña perdiendo el tiempo (excepto los de Vox, como siempre) y me sacaría una ventaja extra de superviviente.

Pero no ha sido así, pues vale.

SEGUNDA POSTURA. El gobierno afirma que va a haber un apagón próximamente, y que no van a dejar a nadie atrás. Que van a sacar a la calle al ejército y que no nos preocupemos porque está todo previsto.

En ese caso es SEGURO, más que probable, que NO SUCEDA NADA. También me remito a las pruebas.

Con los desastres meteorológicos hacen lo mismo. Cuando viene la catástrofe y va a inundarse el planeta, no sucede nada; y cuando nos avisan de que apenas caerán cuatro copos, entonces es cuando nieva que te hunden bajo toneladas blancas. En esos casos siempre conviene mirar la previsión del tiempo, que como dicen algunos: ya no se equivocan tanto. Vale.

El tema es que hay que rebuscar información, y en este mundo no calla ni el burro que tocó la flauta. Hay tanto loro, que es fácil equivocarse con la fuente. Tampoco es imposible. Siempre hay alguno que te alerta de verdad, un técnico despedido de algún sitio, o un científico sin subvención que te dice la verdad de lo que hay.

Yo ya sé que el gobierno actúa así para no pillarse los dedos. Lo ponen todo a peor, y luego recogen el aplauso de los suyos. Si hay lío, porque lo ha habido; y si no, porque han sido previsores.

En este supuesto, ya sé lo que hay que hacer: nada de nada. Mantener la calma y defenderme del resto del planeta que se volverá loco repitiendo lo que ha dicho el gobierno. Barcelona se inundará, y media España quedará sepultada bajo las aguas del océano. Prepárense para lo peor, y lo peor nunca llega. Es como lo del cambio climático, que todavía no se ha sepultado bajo las aguas mi querido Londres, y mira que lo preveían con certeza para el 2020.

Qué sí, qué sí, yo soy de Valladolid.

TERCER SUPUESTO. El gobierno no dice nada. En ese caso es que no sabe absolutamente nada. Ni se le ha ocurrido que pueda suceder algo. Está a por uvas, pensando en su eslogan de la próxima fiesta del narcisismo feminista. Machistas malos, y facha el que lo lea. En ese plan y con poco interés por lo que no es mediático o no interesa.

Este es el supuesto que más mosqueo me da, porque podemos esperar cualquier cosa.

En este caso, me toca estudiarme la papeleta leyendo el “Pronto” que es la única revista que te informa de todo al mismo tiempo. Es el Anaxágoras de la información, porque en el Pronto «todo está en todo».

Seguro que en algún recuadro de la revista sale algún señor de alguna eléctrica que nos cuenta las probabilidades reales de que se vaya al garete el mundo. Seguro que te cuenta también lo que hay que hacer en caso de apagón: mantener la calma, ser asertiva, y ordenar la casa para estar entretenida con una sonrisa estupenda. Incluso puedes tener tiempo para hacerte las uñas.

Yo de momento sigo lo que he leído por ahí. He escuchado, y es de buena tinta, a un fulano que dice que es difícil que haya apagón porque España es casi como una isla en materia de electricidad, y que el riesgo es bajo. También dice que en caso de apagón, va a durar más tiempo su reestablecimiento. No es absurdo.

Pues ya saben. Yo por si acaso, rezo. Hoy a todos los Santos. Y en cuanto hable el gobierno saco el paraguas o lo recojo. Según digan, lo contrario.

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