
Siempre es agradable encontrarse por la calle con músicos de renombre. Incluso toparse con músicos aficionados es una buena cosa, cuando no desafinan mucho. Hay incluso momentos sublimes, gente que toca música clásica con un violín, o virtuosos que tratan de hacerse un hueco ganándose la vida con su singular aprendizaje del pasado. Las notas se cuelgan por las esquinas y todo parece cobrar vida. La música es un regalo de Dios, así que… enhorabuena a todos y gracias.
Si hubiera sentido de Estado en los gobiernos municipales, autonómicos, nacionales y comunitarios, subvencionaríamos a esta peña y la contrataríamos para refrescarnos la vida un poco. Son lo mejor de nuestro mundo.
Mi experiencia fue encontrarme el otro día, por la calle Santiago de Valladolid, con un trío de artistas únicos y extraordinarios, que estaban dando la matraca al personal, con un espectáculo único. En mi opinión a la altura de los argentinos Luthier. Con mucha maña y gracia. Artistas del humor y del amor, gente cutre hasta la elegancia, zumbados sin alas y entretenidos a más no parar. Chapeau por ellos. Yo pagaría por verlos en un teatro, pues son geniales. Una mezcla entre Luthier y la Trinca. Hay que completar el espectáculo y aplaudirlos a rabiar. Gente así se necesita entre tanto loco.
Son los CUERDOS DE ATAR.
Les compré un cedé que me firmaron con negro pirata, y es que su esfuerzo de navegar por los siete mares de este país lleno de charcos, robando sonrisas y molestando hasta conquistar, valía mucho más que los 10 euracos que me costó el cedé. Larga vida a estos tres.
Me advirtieron que el cedé no funcionaría, que desde la segunda canción se escuchaba mal. Nada, bromas del directo. He puesto la musiquita en el coche y está fenomenal. Todas me suenan bien. Incluso un ruidito que tenía en el motor, ya no se oye. Y mis hijas se callan intentando comprender las irreverentes letras. Ni el heavy lo lograba.
Tengo que decirles, cuando les vea por ahí, que se conduce mejor con LOS CUERDOS DE ATAR que sin ellos. Más seguridad, más alegría, relax para los atascos… Gracias, chicos.
Si no han tenido la suerte de conocerlos, les invito a que los busquen por las redes sociales. CUERDOS DE ATAR. Seguro que les hace pensar y se ríen un rato. Si tienen la suerte de encontrarse con ellos por la calle, agradezcan al cielo el instante, y disfruten un rato con ellos. No les defraudarán.
Lo que sí tengo que discrepar es con aquello de que la música amansa a las fieras. Creo que no. En mi caso, esta música y esas letras, a mi me excitan. Aunque quizás sea porque no soy una fiera, sino un filósofo y escritor de Valladolid. Ha, ha.
Les dejo el enlace a su página: https://www.loscuerdosdeatar.com/
Gracias Antonio por tu maravilloso articulo sobre nosotros, nos ha hecho sentir dentro de una de las mejores novelas de aventuras sobre músicos callejeros, y lo que es aún más emocionante es que se trata de una historia real. Un fuerte abrazo y volveremos a vernos por Valladolid.