Básicamente al médico vamos porque estamos enfermos, o eso creía yo en mi inocencia. En realidad, cuando estamos enfermos vamos a urgencias, porque no hay forma de que nos den una cita de un día para otro. Es decir, te pones enfermo, quieres ir al médico al día siguiente (lo normal, no esperar a que te mueras) e intentas pedir cita, y no puedes. Todo lleno. Hay que pedir cita con tres días de antelación. O sea, que es misión imposible, porque hace tres días no sabías que te ibas a poner enfermo.
Por eso la gente tira de urgencias. Si se está malo, sea la hora que sea, la gente va a urgencias. Lo de ir al médico de cabecera es para hacer papeles, para otra cosa, es como tu representante sociocultural ante el sistema sanitario. Buena gente, vaya, pero si estás malo y quieres que te atiendan, pues te vas a urgencias.
En realidad las urgencias, son tan abundantes que han inventado la urgencias del médico de cabecera para derivarlas. Estás malo, y no hay hueco para citarte ese día, pues te hacen sitio sin problema. Se lo cuentas a la de la ventanilla y ya está. Todo colapsado, pero no pasa nada. Ahí tienes que controlar bien los horarios, porque en pediatría, por ejemplo, por la tarde hay que ir a otro centro de salud más grande donde hay urgencias pediátricas hasta las nueve de la noche, porque desde las nueve, si te pones malo, te tienes que pirar a un Hospital. En realidad te basta con que te mire un médico, que estás malo. Ay. Que se me ha puesto malo el nene. ¿Y no puede ir a su médico de cabecera? Pues no, tío. No me han dado cita.
Cuando llegas malo a urgencias de tu médico de cabecera, te sientas con quince tíos mayores que están más sanos que una lechuga (sin fiebre ni nada), y esperas a que te llamen. Te miran como si fueras un geta, y es que es verdad, ellos llegaron antes. Aunque no les duele nada y a tí todo. Te atienden porque es urgencias, y tienen obligatoriamente que atenderte. Aunque esté hasta arriba de gente. La pregunta que yo me suelo hacer es la de siempre: ¿tan enfermo está toda esta gente que está aquí esperando y que satura las consultas médicas ordinarias? Pues no, y es que al médico se va a muchas cosas, y no por temas de enfermedad. A saber y ampliamos materia con lo que me imagino.
Al médico va mucha gente «a por recetas». O sea, estás malo crónico, y necesitas medicamentos todos los días de los próximos ochenta años, pues te piden que vayas a por recetas. Aterrizas en la consulta, con tu cita mensual, y ocupas sitio, lugar y tiempo. El médico te firma las recetas y te saluda. O sea un trabajo administrativo como otro cualquiera. No tiene sentido que ocupes hueco como si estuvieras enfermo enfermo, pero da igual. No discriminan y así no se pelea la gente. A pedir cita, amigo.
Esto, gracias a Dios, están en trámites de desaparecer. De hecho, la receta electrónica como que quiere cepillarse a todos los abuelos que van al «metxe» a por recetas y a saludar y pasar el rato, y no hay derecho a maltratar a esta gente, coño. En muchos lugares las recetas te las gestiona la enfermera asociada, que se curra de la gestoría personal del médico. Mira que la carrera de enfermería es dura, pues nada. A organizar más papeleo. Esto lo quieren cambiar para que la gente no aburra al médico con recetas ni colapse las colas de las consultas.
En segundo lugar, se va al médico a por volantes. No es un tema de seguridad vial, es que el médico de cabecera es el que te controla y deriva. Es como tu inspector en asuntos de salud, y solo a través de él puedes ir al oculista, al ginecólogo o a hacerte análisis de sangre. No vale la iniciativa personal, porque sería un cachondeo, y de esta forma el médico hace la función de mayordomo que abre y cierra puertas con su firma mágica. ¿Una depre? Primero al de cabecera, que te vea como chungo; ¿revisión anual de algo? pues el de cabecera te da el volante y luego a esperar a que te citen desde el hospital. Ahí es nada. el médico aquí asume una función gestora ante los especialistas. Es la enfermera de sus colegas especializados. Burocracia en ocasiones innecesaria que ocupa fila en la consulta. Pero tampoco saben como quitarla.
En tercer lugar, se va al médico a por un justificante de que se ha ido al médico. Es la más hilarante y absurda, pero es así. Como la gente miente hasta para saludarse en el ascensor, pues se necesita gente que diga la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Y que esa verdad sea indiscutible. Se llaman notarios a estos tíos, fedatarios públicos de primera división. En su derivación están los funcionarios, y asimilados al negociado de la verdad los médicos. En realidad el médico firma que estás con él. De consulta se supone. Pero como es un médico y te lo firma, pues ya está justificado que has ido al médico. Tu jefe nunca te creerá si le dices que estaba malo, pero si le llevas un justificante médico, se jode y no puede hacer nada. En realidad creen más al médico que a tu palabra. Y es por culpa de los que durante siglos han abusado de estar malos, tus compañeros getas de toda la vida. De aquellos polvos estos lodos, dice el refrán.
El problema es que se va al médico medio malo a por el justificante. En realidad no es grave, bastaría con meterte en la cama con una aspirina y sudar la fiebre, beber agua y reposar. O desaguar en el cuarto de baño la diarreica cotidiana. Pero como no te apetece ir al notario (es muy caro) para que diga que no mientes, pues vas al médico que te dice lo que le cuentas. Siga tomando lo que está tomando, me dijo el último. Ya claro. Yo no vendría, pero es que tengo que justificar que estoy malo. Es como que te conviertes en enfermo oficial y público, y dejas de ser un enfermo privado y casero, y además entras en la consulta en plan URGENCIAS. Yo es que tengo diarrea y me estoy cagando, le dices a la señora de al lado que va para ver como salieron sus análisis de colesterol. Pues eso, que no me digan que no sabemos usar las urgencias, porque no me lo creo. Las urgencias son para justificar que estamos enfermos, porque nadie nos cree.
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Sistema pervertido. Mucho que hablar.
Todo muy claro, problemas definidos.
Soluciones políticamente NO CORRECTAS.
Llamar al geta “eres un geta” sin tener que explicar más allá de tu criterio medico no genera más que problemas al facultativo sin apoyo ni siquiera de tus Jefes (la administración) incluso habiéndote acreditado en la facultad de medicina, en la especialidad y en la oposición. Qué más se puede pedir a una persona (profesional) para no cuestionar por la vecina del 5º sus decisiones.
Saludos
Esto esta perdido y a peor. Lo siento por las generaciones futuras. Falta mucha auto responsabilidad. Lo publico cuesta dinero. No se puede usar al antojo. Al final pagaremos para ir al medico (Tiket moderador) y así dejaran de existir listas de esperar y los “sin cita » (este término es mas apropiado que el de urgencia) como los que van a por una receta de paracetamol de urgencia y no pueden esperar.
Muy de acuerdo Eduardo con tu opinión. Estamos ante una tragedia difícil de resolver. Me aventuro a pensar que en el futuro haya disitintos profesionales sanitarios para cada atención. Unos miren enfermos, y otros expidan recetas y papeles. Se puede atender a todos, eso si. Nada es gratis y lo público peligra, por desgracia. Gracias por tu comentario. Interesante y lúcido